Fue un momento importante para la historia de las apariciones Marianas en Fátima. Todos, creyentes y no, vieron un “extraordinario” signo en el cielo: la danza del sol. Era el 13 de Octubre de 1917 y había una cantidad impresionante de personas en la Cova da Iria para seguir a los tres niños que declaraban que veían a la Virgen, y para ver el gran signo que la “visión” había prometido que todos verían. La Cova era un lugar de pastoreo, al que Lucía, Francisco y Jacinta llevaban a sus ovejas, se encontraba cerca de un pueblito compuesto por unas veinte casas. Ese día se encontraban al menos setenta mil personas de todas las clases: campesinos, pastores, comerciantes, propietarios de terrenos, masones, cristianos, ateos y muchos curiosos. Toda esta multitud no se había detenido ni siquiera ante la fuerte y persistente lluvia, que caía desde la noche anterior.
Fue un acontecimiento que tuvo un valor para la historia de Portugal. No era un momento fácil para dicha nación que siempre había sido cristiana. En 1910 la monarquía había sido derrocada por la revolución que había llevado al poder a una República de masones anticlericales, incapaces de afrontar el estado de anarquía y desorden en el que se encontraba el país. El único medio utilizado por el Gobierno era el de la represión, no solo en perjuicio de los opositores sino que además aprobaba leyes anticlericales. Se habían cerrado conventos, monasterios y órdenes religiosas, estaba prohibido usar hábitos religiosos y festejar públicamente todo tipo de festividades religiosas. Los obispos y sacerdotes habían sido exiliados, los campanarios de las iglesias habían dejado de sonar. Un diputado llegó a declarar: “El catolicismo en Portugal desaparecerá en dos generaciones”. Todo esto ocurría durante las Apariciones de Fátima de los meses de septiembre y de octubre de 1917.
Claramente fue un episodio clave para la situación evolutiva humana en la historia mundial. El mundo se podía salvar, decía la Virgen, si los hombres hubieran dejado de “ofender a Dios”: de hecho éstos se dejaban llevar por las razones del odio, del egoísmo, sin ninguna moral material ni espiritual. “La guerra terminará pero si no dejan de ofender a Dios en el reinado de Pío XI comenzara otra peor”. Muchos llegaron a decir que la Virgen se había equivocado porque la Segunda Guerra Mundial iniciaría el primero de Septiembre de 1939, con la invasión nazi de Polonia, cuando ya el Papa Pío XI había muerto, el 10 de Febrero. La Virgen había hablado del mundo, no solo de Europa. El verdadero inicio del genocidio humano fue durante la segunda invasión de Japón en contra de China en 1937, guerra que terminaría recién en 1945, con la rendición incondicional de Japón. Con la conquista de la Capital, Nankín, comenzó la mayor violación colectiva y bestial de la historia, perpetrada en pocos días: fueron vejados, violados, dados de comer a los perros, o hasta sepultados vivos alrededor de ochenta mil chinos, hombres y mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas. Un soldado japonés llegó a decir: “No había ningún soldado que no violara. Después de que ya estaba todo hecho por lo general los matábamos. Si los hubiéramos dejado irse habrían corrido y les habríamos disparado por la espalda para que no surgiera ningún problema posterior”. Habría llegado el momento en el que Dios habría castigado “al mundo por sus delitos a través de la guerra”.
Fue una seria amonestación para la Iglesia que muy a menudo había estado relacionada con los acontecimientos del mundo y por lo general había intentado aliarse y forjar acuerdos en favor de sus intereses. “Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es el gran signo que Dios os da de que está por castigar al mundo por sus crímenes a través de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre”.
Todo esto había sido anunciado el 13 de Octubre de 1917.
Fue un día tan extraordinario que los mismos periódicos ateo-radicales de la época no pudieron pasar por alto y tuvieron que transmitir la noticia. “¿Se trata de un milagro como dice la gente? ¿Se trata de un fenómeno natural como dicen los expertos? Por el momento esto no me compete. Digo solo lo que vi. El resto le corresponde a la ciencia y a la Iglesia” escribió el semanario Ilustração Portuguesa el 29 de octubre de 1917, mientras que en el periódico O Século de Lisboa el 15 de Octubre de 1917 se leía: “Desde la madrugada, la multitud, según los cálculos imparciales de personas cultas y no influenciadas por fenómeno místico, fue calculada en treinta o cuarenta mil personas... La manifestación milagrosa, il signo visible que había sido anunciado estaba por manifestarse –aseguran muchos peregrinos-... Y se asiste entonces a un espectáculo único e increíble para quien no fue testigo del mismo. De lo alto del camino, donde se aglomeran los autos y miles de personas aguardaban, temerosas de descender al suelo fangoso de la Cova da Iria, vimos a la inmensa multitud volver la mirada hacia el sol en su punto más alto, completamente libre de nubes. El astro parecía una placa de plata opaca. Podía verse fijamente sin el menor esfuerzo. No quema, no ciega… De repente, se oye un grito tremendo: ¡Milagro, Milagro! ¡Maravilla, maravilla!… Ante los ojos atónitos del pueblo, cuya actitud nos transporta a los tiempos bíblicos y que, pálido de terror, con las cabezas descubiertas, contemplan en el cielo al Sol temblar y hacer bruscos movimientos nunca vistos, fuera de todas las leyes cósmicas: el Sol parecía literalmente "bailar en el cielo”, según la forma de expresión típica de los campesinos.”
Pero ¿cómo se prepara la Iglesia de Roma para el centenario de este acontecimiento que ella misma ha aprobado a nivel canónico? Tendremos que ver momentos públicos de conmemoración, de recuerdo, como se suele hacer en los aniversarios de los actores, de los hombres políticos, artistas, acontecimientos históricos extraordinarios. En ocasión del viaje a Fátima del Papa Francesco, en Mayo de 2017, la Radio Vaticana italiana transmitió el 6 de Mayo, durante el programa “Aldilà della notizia”, una entrevista realizada al periodista y vaticanista Saverio Gaeta en la que decía así: “El mensaje es de una extremada actualidad ya que Fátima ha representado una especie de hito con respecto a las apariciones anteriores, relacionadas con la Francia de ese tiempo: Fátima llegó en 1917 para dirigirse a todo el mundo. ¡No habla de algo que le interesa a un solo continente sino a todo el mundo!... De hecho el mensaje de la Virgen de Fátima nos dice cuáles eran los riesgos para la humanidad de hace un siglo y cuáles son los del tiempo actual. En primer lugar está el riesgo de la autodestrucción, riesgo que cada vez es más dramático porque en 1918 ni siquiera se sabía que la guerra nuclear podía existir, se trata de una posibilidad de autodestrucción del mundo, incluso a causa del hombre con todos los dramas ecológicos. En la carta que Lucía le envió a su Obispo, para informarlo sobre el Tercer Secreto, escribió precisamente que vio tormentas colosales, un cambio de la Tierra y esta guerra destructora. La Virgen se reveló sustancialmente sólo en Su última aparición, en la del 13 de Octubre, cuando ocurrió el milagro del sol que le permitió a todos, a aproximadamente setenta mil presentes, darse cuenta de que alguien allá arriba está intercediendo por nosotros y para demostrar la veracidad del hecho”.
Las afirmaciones de Gaeta destacan la importancia de la sexta aparición por su valor espiritual y por sus contenidos de actualidad.
Por lo tanto podemos creer que un acontecimiento tan importante será recordado. He consultado la página de internet del Vaticano para ver si había eventos que coincidan con el centenario. El Vaticano informa que el Papa estará presente para la audiencia general del 11 de Octubre y para el Ángelus del 15. Me tomé el atrevimiento de llamar por teléfono a la Secretaría de Estado y me confirmaron que no hay nada organizado al respecto. También llamé a la Congregación para el culto y me dieron la misma respuesta. Ni Radio Vaticana ni Radio Vaticana Italia cuentan con programas alusivos en sus grillas. Por otro lado me comuniqué con la Fraternidad Sacerdotal San Pio X, que siempre se ha ocupado de los temas marianos: en el “Priorato di Albano” me respondieron que para esos días tiene programados ejercicios espirituales y en el “Priorato di Rimini”, que se llama “Priorato Madonna di Loreto” tienen previsto un congreso sobre la actualidad de la Iglesia y los problemas sociales. Luego me dirigí a las asociaciones “Madonna di Fatima” presentes en Roma y en Mira y me confirmaron su actividad social y caritativa pero que no tienen nada organizado para el 13 de Octubre.
No me considero un dietrólogo, alguien que va a buscar entre las sombras para explicarse los hechos evidentes y que ocurren a plena luz del sol, pero esta vez me dejo llevar por mis impresiones que generalmente no llevan a la verdad: pero me da la sensación que no ven la hora de que pase rápido este centenario de las Apariciones de Fátima que, después de todo, no ayuda a meditar, sino que de por si es molesto, irritante, que no induce a compromisos, instiga a una clara toma de posición. Parecería ser que en el Vaticano no ven la hora de que pase el 13 de Octubre, así se deja de hablar de Fátima o, por lo menos, se hablará un poco menos.